Juan odia la escuela. Las clases de álgebra, gramática y la tabla periódica lo aburren. Pero le encanta construir casas. Su padre lo lleva a trabajar en el verano, y Juan no se cansa. Tiene apenas 16 años, pero sabe sobre cemento, tejas y armazones de paredes. ¿Qué diferencia hay entre la escuela y la construcción? Amor. Juan ama una cosa y no la otra. Su amor alimenta su conocimiento.
Como creyentes en Jesús, tenemos que experimentar «el amor de la verdad» (2 Tesalonicenses 2:10). Pablo dice que un personaje satánico usará «señales y prodigios» (v. 9) para engañar a «los que se pierden» (v. 10). No amar la verdad los engaña y les impide conocerla (v. 11).
Nuestras pasiones inclinan nuestro corazón y dirigen nuestra mente. Apreciamos lo que amamos. Lo protegemos y buscamos más. Si amamos la verdad y la sabiduría, las buscaremos como oro precioso (Proverbios 3:14-15; 4:7-9). Nos protegerán: «No […] dejes [la sabiduría], y ella te guardará; ámala, y te conservará» (4:6).
¿Qué es la sabiduría verdadera? Jesús dice que es Él: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (Juan 14:6). Lo más importante es a quién amamos. Ama a Jesús y aprenderás su camino. Él guardará tu vida y te guiará a su verdad.
De: Mike Wittmer