Ansiosa por un problema de salud de mi sobrina adolescente, me alivió oír sobre un remedio natural prometedor. Pero mi hermana temía que tuviera efectos secundarios. Quise discutir, pero me contuve. Por más preocupada que estuviera por mi sobrina, tenía que respetar la autoridad de su mamá.

Luego, un médico nos dijo: «Ese remedio natural habría causado una fuerte reacción alérgica». Cuando se trata del bienestar de mi sobrina, su mamá sabe qué es lo mejor para ella… yo no.

Recuerdo este incidente cuando estoy ansiosa por otros seres queridos y le pido a Dios que los ayude como yo creo que es mejor. Entonces, recuerdo que Él los ama y los conoce mejor que yo, y sabe qué hacer.

En Isaías 55:9, Dios dice: «Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos». La palabra hebrea traducida aquí «caminos» se refiere a los actos morales y el comportamiento de Dios en contraste con los impíos. Sus caminos sabios y rectos están muy por encima de los nuestros. Lo que sucede en la vida de un ser querido tal vez no sea lo que queremos, pero podemos confiar en que Él hace lo que considera mejor.

Sigamos encomendando nuestros seres queridos a Dios en oración (Filipenses 4:6). Solo Él es perfecto en amor, misericordia y sabiduría (Isaías 55:3, 7-11).

De: Karen Huang