La película El puente sobre el río Kwai fue tan popular que multitudes fueron a Kanchanaburi, en Tailandia, para buscar el puente de hierro real. Encontraron el puente, pero no estaba sobre el Kwai… ¡la película tenía el nombre equivocado del río! Pero poco después, a esa parte del río Mae Klong la llamaron Kwae Yai (Kwai), para que coincidiera con las expectativas.

Jesús nunca permitió que las expectativas de otros lo desviaran de su misión divina. Multitudes acudieron para verlo porque oían de sus milagros (Juan 6:2). Cuando lo encontraron y creyeron en que era el Mesías prometido, lo quisieron como líder militar para que los salvara de los romanos. Juan dice: «Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo» (v. 15).

A pesar de la presión para rescatarlos como ellos querían, Cristo siguió decididamente el plan de Dios para hacerlo (Colosenses 1:13): no de los problemas terrenales, sino del poder «del pecado y de la muerte» (Romanos 8:2).

La decisión inquebrantable de proveer lo que necesitamos es la razón de que podamos confiar en Él en toda circunstancia. Cuando los caminos de Dios no coinciden con nuestras expectativas, podemos estar seguros de que su plan es siempre mejor.

De: Jasmine Goh

Reflexiona y ora

¿Cuándo sentiste que lo que Dios proveyó no era lo que esperabas? ¿Qué te ayuda a confiar en Él?
Dios, sé que puedo confiar en que harás lo mejor.