A los 51 años de edad, Ynes Mexia (1870-1938) decidió estudiar botánica en la universidad. Durante sus trece años de profesión, recorrió América del Sur y Central, descubriendo 500 especies nuevas de plantas. No es la única que lo ha hecho. Los científicos descubren casi 2.000 plantas nuevas cada año.

En Génesis 1, Dios tomó una tierra desordenada y vacía (v. 2), y creó un lugar lleno de abundancia. Al tercer día, separó las aguas para crear tierra seca y empezar a volverla habitable para los humanos, haciendo que produjera «hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto» (v. 11), de los que pudiéramos comer. Dios no creó solamente una clase de fruto, sino en abundancia.

Dios no es solo el Creador (v. 1), sino que también es creativo. Le encanta hacer diferentes clases de plantas, animales y estrellas. Si apenas le hubiese importado darnos alimentos, podría haber hecho una sola clase de planta que dé semilla. Pero Él es extravagante y nunca hace las cosas a medias.

La abundancia de Dios no se limita a la creación. También es generoso con su gracia. Como dijo Pablo: «Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús» (1 Timoteo 1:14). Esta gracia es más de lo que necesitamos, y la ofreció pensando en nosotros.

De: Matt Lucas