Un equipo de arquitectos estudió los efectos de colocar una valla alrededor de un patio en un jardín preescolar. Sin vallas, los niños tendían a reunirse cerca del edificio escolar y de su maestro. Pero en los patios vallados, disfrutaban de toda la zona. La conclusión fue que los límites pueden crear una mayor sensación de libertad. Esto parece contrario a la intuición de muchos que piensan que los límites restringen el disfrute. ¡Los vallados pueden proporcionar libertad!

Dios subraya la libertad que nos proporcionan sus límites. Al dar los Diez Mandamientos a Israel, prometió que vivir dentro de sus límites divinos les brindaría una vida próspera: «Andad en todo el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer» (Deuteronomio 5:33). Aquí, el concepto de prosperidad incluye una vida con buenos resultados, una vida de calidad.

Jesús, que cumplió la ley con su muerte en la cruz, proclamó: «Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:31-32). Los límites de Dios son para nuestro bien. Las «vallas» pueden liberarnos para disfrutar de la vida junto a Dios.

De:  Elisa Morgan

Reflexiona y ora

¿De qué manera te liberan los mandamientos de Dios? ¿Cómo puedes aprovechar mejor la libertad que ofrecen estos límites?
Dios, gracias por los sabios parámetros que pusiste para mi beneficio.