Me miró a los ojos y dijo: «No desaproveches tu dolor». Mi mente volvió de inmediato al momento cuando, hacía años, yo había dirigido el funeral de su hijo que había perdido la vida en un accidente. Ella sabía de qué estaba hablando. Conocía el dolor. Pero también sabía cómo Dios podía usarlo para honrarlo a Él y ayudar a otros. Sus palabras me alentaron y confortaron cuando enfrenté un diagnóstico de cáncer grave. Ella me recordó que Dios oye mis clamores, y que está conmigo en mi dolor y podría usarlo para ayudar a otros.

Moisés también aprendió que Dios estaba con su pueblo en su dolor. «Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto», dijo Dios, «he oído su clamor […]; pues he conocido sus angustias» (Éxodo 3:7). Como nosotros a veces, los israelitas tal vez se sintieron solos en su dolor. Pero Dios les aseguró que oía el clamor de su corazón y tenía un plan para rescatarlos (vv. 8-9). En definitiva, usaría su dolor para que maduraran en su fe, derrotaran a sus enemigos y lo honraran a Él.

En el Salmo 90, Moisés declaró que aunque «los mejores años se llenan de dolor» (v. 10 ntv), el «amor inagotable» de Dios está con nosotros «hasta el final de nuestra vida» (v. 14 ntv). Él no desaprovechará nuestro dolor… y tampoco debemos hacerlo nosotros.

De: Tom Felten

Reflexiona y ora

¿Qué significa para ti saber que Dios oye tus clamores? ¿Cómo está usando Dios tu dolor para ayudar a otros?
Dios, gracias por oír mi clamor. Que use mi dolor para ayudar a otros.