Ezdan, médico de un pequeño pueblo, abrigaba un gran sueño para su hija Eleanor, que tenía síndrome de Down. Esperaba abrir una empresa para proveer trabajo pago para ella en el futuro. «Atemorizado» por lograr su sueño, tomó un curso en línea sobre cómo empezar una empresa. Luego, con su esposa, abrieron una panadería familiar, y está progresando. «Se ha convertido en una verdadera empresa, con personal», dijo Ezdan. Eleanor, ya adulta, trabaja en la caja y se conecta con clientes en línea. «Todos en el pueblo la conocen», dice él. Su salto de fe al planear para el futuro de su hija refleja su decisión de ser prudente.

La prudencia es un componente de la sabiduría que Dios dispone tener para nuestros planes presentes y futuros. «La ciencia del prudente está en entender su camino», dice Proverbios 14:8, «mas la indiscreción de los necios es engaño». En lugar de preocuparse por el futuro, o no hacer nada al respecto, los prudentes piden sabiduría a Dios para planificar.

Prudencia viene del latín, prudentia, que significa «previsión». «El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien sus pasos» (v. 15 lbla). Previendo lo que podría pasar, trabaja sensatamente para construir una red de seguridad.

Con una fe clara, vivamos prudentemente al mismo paso que Dios.

De: Patricia Raybon

Reflexiona y ora

¿Qué te ha mostrado Dios sobre cómo planear de un modo que lo honre? Por la fe, ¿cómo estás planeando prudentemente para un futuro sabio?
Padre, gracias por inspirarme a planear con prudencia.