Los habitantes de Le Chambon (Francia) arriesgaron todo para ayudar a salvar las vidas de cinco mil personas durante la ocupación nazi. Los refugiados se escondieron en las casas y granjas de la comunidad. La gente del pueblo se sintió inspirada por el pastor André Trocmé, que pidió ayuda a su congregación citando las palabras de Deuteronomio 10:19: «Muestren, pues, amor al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto» (nbla).
Este mandamiento dado a los israelitas aparece en un pasaje que comienza recordando que toda la tierra le pertenece a Dios, que es «poderoso y temible» (v. 17). Sin embargo, Dios decidió amar a los israelitas (v. 15). También cuida de las personas en situaciones de vulnerabilidad (v. 18), incluidos los extranjeros. Cuando los israelitas se establecieron en su nuevo hogar, debían imitar el amor de Dios y cuidar de los que necesitaban ayuda, porque conocían las dificultades específicas de ser extranjeros (v. 19).
Si llevamos mucho tiempo en un trabajo o hemos vivido en la misma casa durante varios años, puede que Dios nos dé la oportunidad de mostrar bondad a alguien que se siente como un «extranjero». Cuando lo hacemos, demostramos el amor de Dios a quienes se encuentran en situaciones nuevas y, a menudo, vulnerables.
De: Lisa M. Samra