En Estados Unidos, el Departamento de Transporte informó que, en 2021, las aerolíneas manejaron mal dos millones de maletas. Felizmente, muchas se retrasaron o perdieron por poco tiempo. Pero miles se perdieron para siempre. Con razón está surgiendo un mercado de GPS que se incorporan al equipaje y permiten rastrearlo cuando las aerolíneas ya no lo hacen. Todos tememos que los encargados no sean confiables para mantener un seguimiento de lo importante.

Israel tuvo un temor similar sobre Dios; solo que temía que Él lo perdiera. Cuando el pueblo se preparaba para entrar en su nuevo hogar, Moisés le compartió la inquietante noticia de que no lo guiaría. Explicó que era anciano y «no [podía] seguir siendo su líder» (Deuteronomio 31:2 NVI). Quedaron pasmados. Moisés representaba la presencia de Dios y comunicaba sus palabras. ¿Se olvidaría Dios de ellos ahora? ¿Los perdería en ese desierto?

Moisés dijo: «no temáis, ni tengáis miedo […], porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará» (v. 6). Prometió que Él estaría siempre con ellos y les aseguró que nunca los perdería. Y en la persona de Jesús, Dios nos hace la misma promesa inquebrantable. Cristo estará con nosotros «hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20). Dios nunca nos perderá. Nunca.

De: Winn Collier