A lo largo de los años, he orado por muchas personas que luchan con la soledad por varias razones, y las he alentado: residentes de hogares de ancianos cuyos familiares no los visitan, viudas que pasan los días afuera para no estar solas en sus casas vacías, líderes en la obra de Dios que no tienen a nadie como confidente y personas sin techo que se sienten ignoradas y solas.

La soledad puede afectar a cualquier persona en cualquier momento. El Cirujano General de los Estados Unidos emitió una advertencia en mayo de 2023 alertando al público sobre la epidemia de soledad. Aproximadamente la mitad de los adultos estadounidenses dicen haber experimentado soledad, lo que, según la advertencia, puede ser tan mortal como fumar una docena de cigarrillos por día.

Cuando Moisés se estaba preparando para pasar la antorcha a su sucesor Josué, quiso asegurarse de que los israelitas supieran que no enfrentarían solos las batallas al entrar en la tierra prometida: «no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará» (Deuteronomio 31:6). Y a Josué le recordó: «el Señor va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará» (v. 8).

Que, al enfrentar la soledad, nos consuele saber que Dios nunca nos abandona.

De:  Nancy Gavilanes

Reflexiona y ora

¿Por qué es importante saber que nunca estás solo? ¿Cuán consolador es saber que Dios está contigo?
Dios, gracias porque nunca estoy solo.